As de dos guerras y en tres fuerzas aéreas; Rodolphe de Hemricourt de Grunne, el aristócrata que no quiso ser espía.

DestacadoAs de dos guerras y en tres fuerzas aéreas; Rodolphe de Hemricourt de Grunne, el aristócrata que no quiso ser espía.
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Su última montura, un Spitfire Mark II del 609 Squadron, matrícula P7436

Rodolphe Charles Godfroy de Hemricourt de Grunne es el cuarto hijo del conde belga Charles de Grunne, y de la condesa originaria de Francia Marie de Montalebert. Nace, como es normal en la época, en el domicilio familiar de Etterbeek, cerca de Bruselas, el 18 de noviembre de 1911. La Gran Guerra hace que los Hemricourt viajen primero a Londres y después a París, donde Rodolphe  aprende sus primeras letras. Sin interés por los estudios, abandona la universidad en Bélgica para cursar ingeniería agrónoma en Casablanca, en el Marruecos francés. A la hora de hacer el servicio militar en 1934 intenta entrar en aviación, pero es rechazado, pese a que pide a sus contactos familiares que le recomienden. Así que sirve en caballería. Al terminar, y estimulado por su hermana Anne, se saca la licencia de piloto privado, la número 371 de Bélgica.

Rodolphe se dedica a disfrutar de la vida y no destaca por nada en especial entre los jóvenes de su edad y posición, fuera de su interés por las mujeres y los aviones. Aunque uno de sus tíos, Xavier, es senador por Rex, y otro, Guillaume, ferviente antirrexista, y encargado de la corte de la reina, no muestra ningún interés por la política. Por ello sorprende a todos cuando, en septiembre de 1936, viaja a España para unirse a las fuerzas rebeldes. Las noticias de la prensa derechista belga sobre la persecución a los católicos en la «España Roja» le deciden a presentarse en Burgos como voluntario. Seguir leyendo «As de dos guerras y en tres fuerzas aéreas; Rodolphe de Hemricourt de Grunne, el aristócrata que no quiso ser espía.»

Las estafas de Fokker a la República Española

Anton Fokker nació en 1890, en la plantación de café de sus padres en Blitar, actual Indonesia. A los cuatro años la familia regresó a los Países Bajos, donde el joven Anton no mostró gran interés por los estudios, pero sí por la mecánica. Con 20 años, y sin haber terminado el bachillerato, su padre le envía a Alemania, a una escuela técnica de automovilismo. Pero su interés ahora se ha desplazado a las máquinas volantes. En ese mismo primer año en Alemania, 1910, diseña y fabrica su primer avión, de Spin (la araña) que puede verse en el vídeo superior en un vuelo de exhibición. Para 1912 ya había establecido su propia compañía de construcción de aeroplanos, cerca de Berlin. Durante la Gran Guerra se convirtió en el mejor diseñador y fabricante de aviones para las potencias centrales. También era un excelente piloto, que no dudaba en probar sus prototipos. Además de ser una figura popular y carismática, tanto entre jóvenes pilotos como entre maduros y responsables oficiales, no era un romántico chiflado por la aviación, sino un excelente hombre de negocios, atento siempre a obtener beneficios.

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Y más malabares, realmente inéditos en su día

Segunda tanda de liquidaciones de Bibliostock de libros militares para aficionados al ruido y al jolgorio en forma de balas y petardos.

De nuevo a la venta ejemplares de La marcha de la muerte, aunque en edición bolsillo. Buen sabor de boca deja esta crónica sobre la retirada de Moore, un antecesor de Wellington poco afortunado. Transcurre por la exótica «ruta de la plata» de Extremadura a Galicia pasando por León. Pueden leer aquí la reseña que le hice en su día, y de la que me reafirmo.
Del resto de libros que componen esta segunda tanda de saldos no llegué a reseñar más, si bien me había leído unos cuantos. Norte contra Sur, de Jesús Hernandez, por ejemplo, ha sido hasta la reciente publicación por Turner de Secesión de Keegan, la única historia de la guerra civil estadounidense disponible en castellano.
La ventaja de su libro respecto a los traducidos es evidente desde las primeras páginas ¿Cuántos autores anglosajones recordarían siquiera los orígenes menorquines de Farragut, o prestarían atención a los españoles que participaron en esta guerra? Lo he vuelto a ojear, y me sigue pareciendo un muy buen libro, para nada envejecido.
No se puede decir lo mismo de este librito de autor francés sobre la ¿segunda? intifada, denominado La guerra fallida de Israel contra Hezbolá. Ya en su día rechinaba un poco. Cumple, con no demasiada solvencia, la labor de defender a Israel en este conflicto. A su favor, que es muy breve. Sólo para los muy completistas del enfrentamiento árabe-israelí.
Más enjundia muestra Herzog en su narración de La guerra del Yom Kippur. En su día me pareció demasiado centrado en las operaciones terrestres, teniendo en cuenta que el icono de este conflicto son las operaciones aéreas, con Phantoms y Mirages destruyendo Migs. Con los años me doy cuenta de que era un prejuicio mío, ahora soy mucho más  consciente del valor de la infantería. De nada sirve la guerra aérea en una guerra convencional si no existen unas tropas en tierra que puedan aprovecharla, como se ha visto recientemente en Siria e Irak. Recomendable.
Publicado gracias a su adaptación cinematográfica, Indigènes, cuyo título internacional intentaba recordar  a Glory / Tiempos de gloriaDías de gloria recuerda un hecho poco halagador para nuestro vecino del norte, que la mayoría de «franceses libres» que combatieron contra Alemania de 1940 a 1944 fueron norteafricanos musulmanes, con oficiales franceses y pieds-noirs.
Y eso es todo, de momento.

El invierno no es tu camarada

camarada-inviernoXose M. Nuñez Seixas: Camarada invierno. Experiencia y memoria de la división azul. (1941-1945). Editorial Crítica, Barcelona 2017,  576 págs.
ISBN: 9788416771943
Nunca me han gustado los linchamientos, los vetos, o las invitaciones al boicot. Por eso he leído este libro. Y antes de que nadie comente nada, también leí en su momento a Pío Moa, cuando sólo había publicado en Encuentro.

Dudo que ninguna otra unidad de este tamaño haya recibido tantísimos estudios, o haya protagonizado tantas obras de ficción. (excepcional la de Prada, por cierto). Y aún así, queda algo que contar. No, no se trata de escribir otra monografía sobre sus capellanes, su servicio de farmacia o postal, sino de observar a la unidad desde la perspectiva historiográfica del siglo XXI, Vamos, lo que se llama «nueva historia militar», una combinación de la cultural, social y de género, nada menos. En qué se diferencia de lo que los antiguos llamábamos «de las mentalidades» lo dejamos para otro día (el gran acento, ahora,  es en la de género). Pero bueno, será que antes estaba de moda lo francés, y ahora prima lo anglosajón barra germánico.

Quien desee una descripción simplemente de hechos y batallas, es mejor que se lea los libros de Xavier Moreno Juliá, a mi modo de ver los mejores, aunque ojo, no es que menosprecie el resto, simplemente son los que he leído y me han parecido buenos. El de Kleinfeld y Tambs, la verdad, es muy guerra fría. Y tampoco soy un experto en este tema, que es ancho y proceloso.
Y pese a que al comienzo el autor expulsa a los amantes del coleccionismo militar, de las descripciones de movimientos de tropas, material bélico, batallas y escaramuzas , de los recuentos de medallas… (loc. 206-207, edición digital) , lo cierto es que se preocupa de situar todos los hechos y realiza un resumen exhaustivo del contexto, desde los primeros grupos fascistas en España hasta la difusión de la literatura rusa, desde la planificación de Barbarroja hasta el asedio de Leningrado, todo en realidad bastante más amplio que en los libros que sólo se dedican a exponer los hechos de armas de la división. La verdad es que puede llegar a parecer excesivo, pero sí es importante respecto a otras obras tan tremendamente centradas en la unidad, que parece que existía en el vacío.
Respecto a fuentes bibliográficas, autores alemanes y todo eso dejo el asunto a otros que saben muchísimo más del tema que yo. El meollo, la parte más interesante, estriba en desarrollar las miradas que los divisionarios tenían sobre lo que vivían, dentro de su marco educativo, ideológico y cultural, y de cómo los veían los demás, alemanes y soviéticos (estonios, letones, lituanos, bielorrusos…) sobre todo, aunque no exclusivamente (polacos, belgas…). Este punto es sobre el que se ha montado una tremenda polémica, sobre todo entre quienes no se han leído el libro, ni se lo piensan leer.
Y no es para tanto. No me parece que Xeisas «mate al padre» con lo que muestra en el magnífico último capítulo. Quizás es que este reseñador ya está curado de espantos desmitificadores. Hace tiempo que se le cayeron las charreteras al barro, y (cree) no confundir mito y realidad. Más allá de las frases grandilocuentes, la 250 división de voluntarios españoles ni estaba formada exclusivamente por pícaros y sucios guripas, prestos al combate suicida, ni por hidalgos recién pintados por Velázquez con una oración en los labios y un chuzo en la mano. Y ahí radica su grandeza.

El profesor finlandés y el imperio oculto de las llanuras de Texas

Pekka Hämäläinen: El imperio comanche. (The Comanche Empire, 2008). Traducción de R. García Pérez. Península. Barcelona, 2011. 772 páginas.

Antonio Hernández PalaciosFernando Martínez Laínez, Carlos Canales Torres o Alber Vázquez nos han familiarizado con la historia del «oeste español». Aunque más bien deberíamos hablar de la historia del norte del Virreinato de Nueva España.

Poco conocida a ambos lados del Atlántico, la exploración y colonización española de América del Norte llegó hasta la actual Alaska, pero también posibilitó la creación, según Pekka Hämäläinen, de un auténtico imperio comanche, un imperio de nómadas, sin emperador u organización permanente, pero que dominó al resto de sus vecinos, incluyendo europeos, a los que impuso su modelo cultural y económico. Aun sufriendo periódicas epidemias de viruela y otras enfermedades, más graves para los nativos que para los occidentales,  Hämäläinen demuestra en este libro, que ha ganado todos los premios posibles, que quienes cortaban el bacalao eran los comanches, y no los blanquitos, que poco menos servían para proporcionar esclavos, herramientas, y productos agrícolas que los comanches no se rebajaban a producir.

Ni españoles ni franceses, ni después mexicanos o angloamericanos consiguieron juntar suficientes fuerzas como para penetrar en su territorio y golpear con fuerza suficiente alguno de sus (temporales) asentamientos, mientras los comanches hacían incursiones incluso 400 km al sur de río Grande. Y mientras robaban en Texas, en Santa Fe vendían lo que les sobraba de ese saqueo. Los gobernadores españoles, y más adelante mexicanos, pronto llegaban a la misma conclusión. La única forma de que sobreviviera la colonia era comerciando con los comanches, haciendo grandes regalos a sus jefes y haciendo la vista gorda ante el saqueo de la hacienda de enfrente, que por supuesto, siempre había sido obra de jóvenes incontrolados ajenos a la tribu que ahora ofrecía, por un buen precio, el rescate de algún prisionero.

Con permiso de los sioux, posiblemente fueron la nación indígena que mejor supo aprovechar el cambio que supuso para sus sociedades la llegada del caballo, y más adelante de otros productos del viejo mundo, como las herramientas de hierro o las armas de pólvora. Pero en lugar de someterse a un nuevo sistema de valores e intentar imitar la vida y costumbres de los blancos, como hicieron los Pueblo o incluso los apaches,  los comanches emplearon sus nuevas habilidades para la caza del bisonte, la cría de caballos… y la rapiña de sus vecinos, menos hábiles en la guerra en las llanuras. Hämäläinen incluso se complace en describir a ciboleros (no se extrañen que no figuren en la wikipedia española) a los que cuesta distinguir de los comanches, hasta tal punto han adoptado sus usos y costumbres.

Los indios sedentarios y los europeos nada podían hacer desde sus asentamientos permanentes contra los comanches, fuera de ocasionales incursiones de castigo que tanto nos gusta leer como grandes triunfos de los dragones de cuera... pero que no pasaban de logros temporales. Al final los rápidos (y numerosos) comanches imponían su ley ante unos poderes europeos demasiado débiles y dispersos, y que en realidad dependían de ellos para su supervivencia, gracias al comercio y al sistema de regalos, que en las películas se suele mostrar como una costumbre algo estúpida, pero que en realidad era un sistema de tributos (y, me atrevo a decir, vasallaje) perfectamente ritualizado.

Ta-wáh-que-nah, jefe comanche. Óleo de George Catlin, 1834. Según Catlin los pelos de su barba llegaban a los 8 cm, pesaba unos 140 kg, y era incapaz de montar en ninguno de sus 1500 caballos. Hämäläinen menciona otros casos semejantes.

Los comanches saqueaban a los sedentarios hasta cierto punto, permitiendo que se recuperaran periódicamente, pues no tenían intención de ponerse a cultivar maíz, o criar mulas, y también necesitaban dar salida a ocasionales superávits de caballos o esclavos.  Como dueños de las mejores praderas, y como ladrones, perdón, como consumados recaudadores de impuestos, sus relaciones con otras tribus nómadas fueron pasando de alianzas entre iguales al vasallaje o a la expulsión. Como el resto de las culturas de su entorno practicaban la adopción, pero además, y como buen imperio, su modo de vida era imitado y adoptado por muchos de sus vecinos. Sólo fueron implacables, por lo que cuenta el finlandés, con los apaches, que lo cierto es que hasta dan pena en esta época de su historia.

Aunque la tesis de Hämäläinen no es completamente inédita, y él mismo cita a algunos precursores en ver este gran imperio invisible ya en los años cincuenta, confieso que he estado buscando alguna falla a su tesis, o por lo menos a algún autor que le discutiera. Algo. Y no lo he encontrado. Pero a falta de una superproducción que ponga a los comanches en su sitio en la historia, y borre de nuestra imagen colectiva a los ingenuos salvajes de tantas películas de John Wayne, este voluminoso tocho merece un lugar en nuestras bibliotecas. La edición de Península, como siempre, excelente.

His-oo-sán-chees, jefe comanche, de nacimiento Juan Sánchez. Óleo de George Catlin, 1835. 

La primavera los saldos altera

En estos días semiprimaverales aún pueden encontrarse saldos precedentes, como los de Tempus, aunque me parece que son de títulos nuevos que hasta ahora no habían sufrido esta circunstancia, como La infantería al ataque, de Rommel, o Doctores en el infierno, curioso titulo que esconde las memorias de una de las estenógrafas de los juicios de Nuremberg.
En las fotos pueden verse los platos fuertes de esta primavera: tomos de la historia del Conde de Toreno de la guerra de independencia, y los primeros títulos de Libsa de la serie de Técnicas bélicas ahora a mitad de precio. Lástima que algunos ya los compramos a su precio original…

Rebajas en e-book

Para los  que tienen un kindle, o incluso otro lector de e-book (y ganas de convertir el formato y saltarse el DRM)… ahora mismo y hasta Reyes (se supone; no he encontrado una fecha concreta por ninguna parte) se pueden comprar más de 200 libros (concretamente 209) con descuentos, más o menos importantes. Hay muchísima novela histórica y algunos de historia a secas, sobre todo divulgativa. Entre muchos otros, podemos encontrar libros de Javier Cercas, Javier Negrete, Jesús Hernández e incluso, ejem, Pedro J. Ramírez, entre 0,99 y 1,99 € (y el libro de Pedro J tiene más de 1200 páginas)… También hay un montón de libros de Chaves Nogales, aunque no tan baratos, como puede verse en las capturas adjuntas.
Recordad también que antes de comprar un ejemplar se puede descargar un fragmento del libro, más o menos significativo según el editor, que ayude a decidir la compra. Y que sigue habiendo ofertas diarias en ocasiones muy interesantes, como el segundo tomo de las memorias de Alcalá Zamora (a 1,99 € el 7 de noviembre).
Para los que aún no tienen lector de e-book especializado, pero aún así les puede el afán de consumismo y la compra compulsiva de productos rebajados, recordad que en cualquier ordenador/teléfono/tableta se pueden instalar las aplicaciones de lectura de Amazon, donde leer, anotar y archivar en la nube los libros que compremos, aun no teniendo un Kindle.

Amazon comienza a vender libros (de saldo) en España


Desde la compa de Buyvip por Amazon en octubre de 2010, los lectores españoles estábamos esperando a ver qué movimientos pensaba hacer el gigante de la venta on-line en nuestra península. ¿Se atrevería de una vez con los libros? ¿Veríamos el Kindle con la eñe en su teclado? De momento, seguimos sin portal propio (si tecleas amazon.es, el navegador te redirigirá a http://www.amazon.co.uk/gp/gateway-eu). Ya en navidades, los pedidos a Amazon.co.uk, aparecían facturados por amazon.eu. Pero buyvip este sábado ha iniciado la venta de los saldos de Planeta de los que hablábamos hace unos días. Para acceder a ella hay que estar registrado, y la oferta, de momento, no es que sea como para tirar cohetes en variedad o precio. Además sólo estará disponible hasta el miércoles 9 de febrero. Pero esto demuestra algo: Amazon de momento seguirá con Buyvip para vender de todo (incluso libros) y que de momento sigue sin tener claro el aparecer con su marca en España.

Más ofertas on-line
La editorial Galland Books vende a través de su portal libros propios y de otras editoriales, incluyendo algunas de importación, además de una sección bastante interesante de libros de viejo. Pero es que además, si el pedido sobrepasa los 40 €, puedes añadir al mismo uno de estos libros de regalo.

Más saldos, ahora de Ariel

No, no es un chiste. No pienso ofrecer mis servicios como «gafe» para autores que no desean que sus libros terminen en saldos, sólo porque la inmensa mayoría de los que he reseñado en este blog han terminado allí. Ni Ozymandias se ofrecerá para lo contrario. Después de todo, La batalla de Lepanto de Bicheno llevaba ya mucho tiempo en el mercado. Y no he escrito una sola palabra de Tres días de julio de Luís Romero, o de la biografía «resumida» de Franco por Luís Suárez. También hay varios ejemplares de la colección de Biografías de la misma editorial que pueden ser de interés (Alcalá Zamora, el Rey David) y un título muy curioso que puede que ahora esté de más actualidad que cuando se publico, Guerra a las dos en punto, crisis nuclear en la guerra árabe israelí de 1973 de Walter j. Boyne.

Más saldos (discretos) de Espasa

Espasa sigue saldando de tapadillo títulos de su colección Espasa Fórum. No son fáciles de encontrar, no sé si por su discretísimo diseño, nada vistoso, o porque las librerías los esconden aposta. De entre varios títulos, el único que puede ser de nuestro interés es Grandes Generales De La Historia. De Alejandro Magno a Eisenhower de José Antonio Vaca de Osma. De 28,25 € pasa a 4,95, 406 páginas de robustísima encuadernación, con punto de lectura en tela, sobrecubierta transparente antihumedad y 16 páginas de ilustraciones sin numerar en papel brillo. Vamos, un volumen de los de toda la vida, de los que pueden considerarse arma peligrosa si se lo tiras a alguien a la cabeza.
¿El contenido? pues gente con mucho carisma, mucho, capaces de desenvolverse con éxito tanto en el ámbito político como en el militar: Washington, Napoleón, Bolívar, San Martin, Prim, Primo de Rivera, ejem, Francisco Franco, De Gaulle, por supuesto Ike, y… ¿Juan Domingo Perón???? Bueno, habrá que leerlo para entender mejor esta singular selección de generales grandes de la historia moderna.