Relanzamiento de Osprey – Grandes batallas en pleno fin de año 2011.
Mes: diciembre 2011
El ejército nacional bordurio
HG 8 Pinpin, versión borduria del Messerschmidt 109. Básicamente el motor de la versión D en el fuselaje del F. |
The Bordurian Nacionalist Army, de Caballero Juradoz, (sic) Carlos. Osprey Warrior Special, Londres 2011. 110 pgs. Resumen de la edición en español “El ejército nacional bordurio”, Lopez Lomo Ibérico Editor. 350 pgs. Guijuelo, Salamanca 2008.
Terminada la guerra, y tras una despedida apoteósica, en la que se reunieron con sus oficiales, regresaron a Borduria, donde el Partido estaba sufriendo terribles persecuciones y problemas, debido al carácter antidemocrático de su monarca, aliado con izquierdistas y masones. Este irresponsable intentaba alinearse con Francia y el Reino Unido, pese a la dilatada historia de amistad germanoborduria. La derrota de Francia dejó al país aislado, y se impuso un realista cambio de alianzas. Aunque Senki Niemand había conseguido el apoyo dentro del ejército del coronel Bob Spônz, el general Patricio dio un autogolpe de estado. Niemand tuvo que compartir celda con gitanos y marxistas, pero la mayoría de los cuadros del partido consiguieron refugiarse en Napolas, Lebensborn y otras instituciones SS, que admiraban su pureza ideológica y voluntad de servicio. Y pese a residir en edificios separados de los alemanes, pronto los refugiados bordurios revolucionaron los servicios de lavantería y repostería, mejorando notablemente la calidad de vida de sus benefactores.
Mientras, la guerra proseguía su curso. Bajo el liderazgo del general Patricio, conocido como El Estrella, grandes cantidades de bordurios dieron gozosos su sangre y su vida en pos del ideal de la grandeza de Europa. Como luchaban preferentemente en el Grupo de Ejércitos Sur, hubo planes de crear una unidad experimental con los exiliados cruces cuadradas destinada a colaborar con la división azul, mejorando ante todo aspectos en los que los españoles flojeaban, como la pulcritud del uniforme y los modales en la mesa; pero, aun antes de empezar, la Rasse und Siedlungshauptamt (RUSHA) expresó su preocupación de que se combinaran lo peor de ambas razas, mientras la Volksdeutsche Mittelstelle (VOMI) temió lo contrario, así que la Guardia de Latón siguió en el exilio, lejos del frente.
A pesar del heroísmo y decisión de las fuerzas del Eje, y pese a las garantías dadas por Patricio al Führer en 1941, el RSHA identifica un complot para apartar a Borduria de la guerra y retirarse del conflicto; total, lo que quedaba del ejército ya estaba casi de vuelta en el país. El complot, con el coronel Kalamard al frente, cuenta con el apoyo del mismísimo rey. Así que los auténticos patriotas tuvieron que dar un paso al frente y, con la ayuda de sus camaradas de las SS, decidieron sacrificarse para garantizar el honor de Borduria. Con Niemand como vicepresidente, el coronel Bob Spônz asume la tarea de continuar la lucha al lado de los alemanes, aunque desde Viena, ya que la totalidad del territorio bordurio ha sido ocupado por traidores y comunistas. Es aquí donde empieza la gloriosa historia del Ejército Nacional de Liberación Bordurio, con Niemand reclutando a todos los bordurios exiliados en el III Reich para luchar bajo el mando de Spônz, y hacer frente a la palabra dada y restablecer el honor bordurio. En un brevísimo plazo de tiempo consigue crear una Comisión para el diseño del uniforme e insignias para el nuevo ejército, otra para la reescritura del himno nacional, y otra para el adoctrinamiento político y moral del nuevo ejército en el exilio. Desgraciadamente, cada poco deben cambiar de sede por motivos ajenos a su voluntad y a la de los hospitalarios alemanes.
Pese a sus deseos, parece ser que sólo llegó a prepararse una compañía de combate para servir en el frente, pero antes de llegar, desgraciadamente, tuvo que ser retirada, pues los brazaletes con su bandera nacional no tenían los colores correctos, y el corte del uniforme de sus oficiales no se correspondía con las ordenanzas. Además, cuando llegaron dondes se suponía que estaba el frente, no encontraron más que soldados enemigos.
Sin embargo, en el amargo y duro final de la lucha, en Berlín, no faltaron voluntarios bordurios luchando en el metro, en las alcantarillas, al lado del Batallón Ezquerra, con sus bigotes impecables. Con esa prosa perfeccionada por el autor desde sus tiempos en las revistas CEDADE o Revisión, Caballero Jurado nos transmite el heróico espíritu que animaba a los jóvenes bordurios de las Cruces Cuadradas, capaces de llevar el botijo y lo que hiciera falta para ayudar a los combatientes, imbuídos de sano fanatismo y voluntad de servicio. También nos recuerda los momentos finales de Bob Spônz, que fue visto por última vez cerca del búnker de la cancillería, con corbata roja y los tradicionales pantalones cortos bordurios. Los rumores sobre su paradero, que insistentemente sostienen que se oculta en una pulpería de San Theodoros, como encargado de cocina, nunca han sido confirmados.
Desgraciadamente, ni en el volumen de Osprey ni en la edición no resumida de López Lomo Ibérico Editores, pudo Carlos Caballero informarnos de la suerte que corrieron durante la guerra los ciudadanos bordurios de ascendencia o religión judía. Tampoco sabemos nada de los gitanos, ni de la actitud de los cruces cuadradas respecto a ambos colectivos. Eso sí, contamos con un apéndice sobre los planes de los Cruces de Latón para incrementar el nivel cultural del pueblo gracias al apoyo y simpatía que creían contar con divas como Florence Foster Jenkins, alias «Il ruiseñor di Milano» para que dieran recitales de Wagner, Gounod y Bizet por pueblos y aldeas. También contamos con preciosas láminas que reproducen con total detalle las insignias, equipo y uniforme diseñados para el Ejército Nacional Bordurio en interminables sesiones de trabajo.
Así que, en pocas palabras, un volúmen imprescindible para todo el que quiera conocer estas páginas desconocidas de la reciente historia europea, ocultadas por los vencedores.
Guía para la colección "RBA Carros de Combate" 15ª y última entrega
Guía para la colección «RBA Carros de Combate» 15ª y última entrega. Si bien otras colecciones intentan terminar con algo de ceremonia y empaque, para esta más bien parece que han dejado los restos menos interesantes. La maqueta representa al discretísimo autopropulsado italiano M75/18.
Prácticamente sólo se habla de uniformes en piés de foto y de figuras. No es un Essential, pero no deja mal sabor de boca.
58. AfrikaKorps. Afrikakorps 1941-1943. Williamson, Gordon. 1991. (67 de la edición anterior). Tras un resumen escueto de su historia y unidades, descripción detallada de uniformes, equipo e insignias. Sin más.
¡Y terminó la reedición!.