La batalla por los puentes

La batalla por los puentes

portada_la-batalla-por-los-puentes_antony-beevor_201805152151.jpgAntony Beevor: La batalla por los puentes. Arnhem 1944. La última victoria alemana en la segunda guerra mundial. Traducción: Amado Diéguez.  Editorial Crítica, colección Memoria Crítica. Barcelona, 2018. 688 páginas. Dadas sus dimensiones, recomendamos que para el lanzamiento de este volumen se empleen dos paracaídas.

Ya se sabe que los anglosajones con eso de las derrotas épicas e históricas son unos pesados. Que si la carga de la brigada ligera (cañones a la derecha, cañones a la izquierda); que si el Séptimo de Caballería; que si Sean Connery en Kafiristán... (¿o era Afganistán?). Aquí somos más de recordar Trafalgar que Lepanto. Y oye, el día nacional de Australia y Nueva Zelanda es el aniversario del desastroso desembarco en Gallipoli. Así que eso de celebrar los fracasos heroicos es bastante común, por lo que parece.

Lo que no les gusta a los ingleses es que se vean otro tipo de errores y derrotas, no tan gloriosas o justificables, como las de la Contraarmada de Drake, o el sitio de Cartagena de Indias desbaratado por Lezo. Pero la de Arnhem es, repitámoslo una vez más, una gloriosa derrota, digna de su día de San Crispín. De hecho, como cita Beevor, Montgomery en una carta abierta se dirige a los veteranos de la 1º división aerotransportada con las siguientes palabras:

«En años venideros, para cualquier hombre será un honor poder decir: «Yo luché en Arnhem»».

Una batalla en la que nadie se avergüenza de haber estado. Hasta tal punto que apenas terminada la guerra, los supervivientes se esforzaron para rodar la patriótica Theirs is the Glory, en la que no dudan en practicar eso ahora tan de moda del Reenacment.

Para los alemanes fue una última victoria. Para los ingleses una épica lucha de David contra Goliat, en la que el virtuoso David pierde. Una visión tramposa e interesada, pero que es la que se ha impuesto, más que nada por la ausencia de otras narrativas. El único que ha analizado la batalla desde el punto de vista alemán es otro inglés. Robert Kershaw. Y además exparaca. 

Beevor revisita en su nuevo libro esta gloriosa masacre. Pese a notables contribuciones posteriores, como Nunca nieva en septiembre, la imagen que tenemos de esta batalla el común de los mortales es la que ofrece el inmortal Cornelius Ryan en su libro Un puente demasiado lejano. Y sobre todo la película del mismo título de 1977, con Sean Connery dando tumbos por ahí, Gene Hackman maldiciendo en polaco, y Robert Redford cruzando ríos en heroicas barquitas con la mejor de sus sonrisas.

Lo que casi nadie recuerda es que su magnífico guión fue realizado por el recientemente fallecido William Goldman, quien también escribiera La princesa prometida, Todos los hombres del Presidente, Marathon Man, El carnaval de las águilas….

Otra mirada más apacible sobre la batalla; el cuarto episodio de Band of Brothers, del que sólo se puede destacar la herida del disparo en el culo de uno de sus protagonistas.

¿Qué nuevas visiones o anécdotas nos puede ofrecer Beevor?

 

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