Viendo a Borrell en Salvados

Viendo a Borrell en el Salvados de este 14 de febrero, he recordado la ocasión en la que se despidió de los periodistas que cubríamos el ministerio de Obras Públicas (aún MOPTMA). Por entonces su tono de voz y  amabilidad era percibida como «sospechosa», y la malas lenguas dudaban de la heterosexualidad del señor ministro. Los robustos mocetones que por entonces hollábamos cada semana tan imponente Ministerio, pensábamos que nos miraba de forma quizás demasiado dulce. Y ahora se despedía de nosotros como si nos conociera, como si fuéramos algo más que una masa informe.

El caso es que nadie respondió a sus amables palabras. Nos quedamos todos callados, yo incluido, aun siendo de los que más destacaba. Era el único plumífero que portaba traje y corbata, motivo por el cual siempre había alguien que me preguntaba si podía utilizar mi inexistente teléfono móvil, aún no demasiado común entre los simples mortales.